En aquel tiempo, María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, “se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humildad de su esclava”.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”
(Lucas 1, 46-56).
REFLEXIÓN. Dios ha hecho en mí maravillas.
Dios es así: cuando abres el corazón y la vida a su amor, ocurren cosas sorprendentes; cuando das espacio a la creatividad de Dios, acontecen maravillas, incluso para quien las juzga imposibles.
Oración.
de todos los que te acogen.
En María, en los santos... hasta en mí.
Tú transformas mi corazón
y me haces capaz de perdón.
Tú transformas mi desaliento en entusiasmo.
Tú cambias mi amor vacilante
en entrega confiada.
Navidad es cada día del año en que una persona se
acerca a otra para llamarle hermano.
Dios viene a la tierra y los hombres nos empeñamos
en buscarle en las nubes. Él está entre nosotros,
nos visita cada día y cada rato y no lo reconocemos
porque muchas veces estamos adorando imágenes y
se nos escapan las personas necesitadas de
escucha, de caricia, de ayuda.
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